
Editorial
Manizales siempre será la ciudad más nostálgica del mundo. Esta es una afirmación muy personal, pero a la vez muy sentida. Quizás esa nostalgia sea consecuencia de una vida forjada entre sus calles, unos años de infancia inolvidables llenos de familia y amigos, personas que hoy solo están en mis recuerdos, en mi nostalgia.
Entre este majestuoso entorno montañoso, nublado y cafetero, he pasado la mayor parte de mis 42 años, he surgido como hijo, hermano, esposo, profesional y ciudadano. Un ciudadano del mundo que entre “ires y venires” de nuestra geografía americana, siempre le resulta especial regresar al hogar, a la tierrita, a su origen, a su pasado, a su nostalgia.
Gracias a los recuerdos y sobre todo al sentimentalismo, unos meses atrás empecé a pensar en proponer una revista sobre mi querida y serena Manizales, fue así que a mediados del mes de abril, mientras tomaba café en una mañana soleada, empecé a divagar entre ideas y recuerdos. Después de 45 minutos silenciosos, me apresuré a sacar entre mi rebujo una libreta roja para escribir algo del corazón que peleaba con mi razón. Finalmente escribí con una letra un poco torcida: Manizales City, la revista de los manizaleños.
Un emprendimiento editorial, “uno más”, pensaba yo que tal vez dirían muchos. Sí, efectivamente, un emprendimiento más, pero mío. Una iniciativa que tiene un origen desde lo existencial y un objetivo desde lo personal, y eso último, para el periodista terco que llevo conmigo es suficiente.
El objetivo es hacer una revista sobre mi entrañable ciudad, aquella que le ha abierto las puertas a muchos, ese destino turístico que cada día aparece más en los motores de búsqueda de Google y la cual extrañan muchos paisanos que han emigrado hacía el mundo buscando encontrar destinos, experiencias diferentes y más prósperas. Dicen que el buen hijo vuelve a casa y estoy seguro que en algún momento todos regresamos a Manizales aunque sea nostálgicamente.
Manizales es una urbe con muchos contrastes y esto se debe tal vez a que acoge a estudiantes de diferentes rincones del territorio nacional que aportan una mezcla de culturas, visiones y sentires diversos, también a que en los últimos años se han creado iniciativas ciudadanas, sociales y académicas notables como: Manizales Más, la Alianza Suma, Manizales Cómo Vamos, Campus Universitario, La Oficina de la Bici, entre otras, que día a día han sumado voluntades y han generado dinámicas nuevas desde una concepción globalizada y abierta a la nueva información y evolución del pensamiento del hombre. Un hombre reinventado social y políticamente, uno que piensa, analiza y reflexiona más en el colectivo y se echa al hombro causas ambientales, sociales, políticas y cívicas que antes no le importaban.
Esta publicación fue pensada por un ciudadano más del mundo, un vecino del siglo XXI con domicilio en un espacio topográfico rodeado de montañas, nevados, niebla y café, unas calles faldudas y tranquilas, una ciudad que tiene un aire de orgullo de lo que es y que brilla cuando la califican en público como “el mejor vividero de Colombia”, una urbe que despierta envidias y curiosidad, donde sus habitantes, sea la generación que sea, saben corear un pasodoble que despierta euforia compartida. Manizaleños o manizalitas, personas que a partir de hoy queremos mencionar en cada uno de nuestros artículos y de nuestras ediciones. Historias de vida de unos ciudadanos que comparten un pequeño terruño que late fuerte en medio de la cordillera central, una Manizales City cotidiana y apacible que ahora le cuenta al mundo sus vivencias por medio de su propia revista.